Los tomates son las hortalizas ideales para iniciar una huerta. Se cultivan muy bien en macetas y nos harán sentir orgullosos durante la cosecha.

 Los tomates son las hortalizas ideales para iniciar una huerta. Se cultivan muy bien en macetas y nos harán sentir orgullosos durante la cosecha.

Las huertas urbanas son un furor y en buena hora que lo sean, ya que aportan una gran cantidad de beneficios en la salud. No solo nos proveemos de hortalizas que cultivamos con mayor cuidado, sino que, además, es una práctica absolutamente terapéutica que elimina el estrés y la ansiedad. Los tomates son plantas ideales para comenzar con este tipo de proyectos porque se adaptan muy bien en macetas.

Como si le faltaran beneficios a este fruto, son una de las plantas que pueden ser cultivadas con mayor facilidad en espacios reducidos. Siempre que se tengan en cuenta algunos consejos que te asegurarán la cosecha.

Las tomateras tenen un alto requerimiento de humedad cuando se encuentran en la etapa de producción, por eso hay que tener muy en cuenta la capacidad de la maceta donde haremos que crezca. Es que, si el contenedor es pequeño es muy probable que las raíces absorban el agua en un periodo menor a las 24 horas.

En cuanto la planta se deshidrata, se debilita y es el momento en que puede ser atacada con más facilidad por hongos, bacterias y plagas.

Las variedades cherry o cereza requerirán un espacio con una profundidad no menor a los 20 centímetros, mientras que los arbustos que superarán el metro y medio necesitarán unos 40 centímetros.

Si eres un principiante, puedes comenzar con variedades más sencillas (determinados) que no requerirán de poda ni entutorado para crecer saludables. En este grupo se encuentran: los tomates río grande, cherry gold nugget y perita o roma.

Para evitar enfermedades, el riego debe hacerse de forma consistente y evitar los excesos. Lo ideal es que se le suministre agua todos los días sin encharcar, aunque un buen truco para determinar si hay necesidad de riego es verificar la humedad de la tierra enterrando un dedo en el sustrato.

Tener muchas plantas no es equivalente a una buena cosecha si estas se encuentran en un mismo lugar. Cada ejemplar debe tener una separación no menor a 80 centímetros para que no compitan por los nutrientes del suelo.

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