El más grande en el arco de la Selección por muchos años

 El más grande en el arco de la Selección por muchos años

A veces lo veo caminar tranquilo, cabizbajo y sereno por el Club con el bolsito en la mano. Muchos jóvenes pasan a su lado y ni lo miran. No lo reconocen ni saben de sus épicas batallas. Yo lo observo. Se va como una persona común, sin nadie alrededor. La cabeza de pelo blanco y las huellas del tiempo en su rostro. Sus manos ya no son las mismas al igual que su figura. Sale a la calle y se pierde entre la gente. Vaya a saber a dónde va pero no usa auto. Ese tipo fue el mejor arquero del planeta durante más de una década. Un héroe fuerte como una muralla. No usaba capa ni espada, no tenía poderes, pero volaba. Gran responsable de la gesta historica del mundial de 1978, y de 10 años de Gloria en el arco de River. Es uno de los 69 ciudadanos argentinos desde la Primera Junta de Gobierno de 1810 hasta hoy, que fue campeón del mundo con la Selección. El Pato es como un procer de pantalones cortos y buzo verde que pudo haber estado en La Casa de Tucumán proclamando la Independencia de la Patria, o haber luchado contra los realistas codo a codo en la batalla de Chacabuco pegadito al General Don Jose de San Martin. Pudo quizás, también, estar presente a orillas del Río Paraná izando por primera vez la Bandera Nacional secundando al General Belgrano. No exagero. El Pato Fillol fue un guerrero con armas nobles, y un revolucionario sin doctrina. Un patriota en todo sentido y a su manera, desplegando sobre el terreno su talento y destreza. Juro que me dan ganas de abrazarlo y ponerme a llorar de la emoción. Pero se va alejando en soledad como siempre, tranquilo y sereno mirando el camino con su bolsito en la mano.

A 45 años de la final del Mundial 78, gracias Ubaldo Fillol y a todos por aquella alegría…
Ubaldo Fillol

Red Imagen

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