EL ADIOS A SERRAT PUEDE SER OTRO REGRESO A UN ROMANCE ETERNO


7 noviembre, 2022 de Topó Gregorati

Aunque nada podamos hacer con el pasado, un programa de Radio Mitre sobre su despedida de los escenarios y enfocado en su vuelta en 1984, me hizo pensar en el valor de leer el tiempo transcurrido y de releer lo aprendido.

Cuando Serrat volvió en la efervescencia de la nueva democracia, luego de 10 años de censura, empezó a construir su renombre en ídolo, su imagen se transformó en ícono de una generación. Y el trovador en un emblema de la lucha por la libertad y la dignidad. 

Serrat actuará mañana de nuevo en el Kempes, porque «siempre regresó, siempre estuvo y siempre estará con nosotros». 

Los años que sobrevinieron a la reinstauración de la Democracia en 1983 en Córdoba fueron de una efervescencia inusitada. Incluso algunas revistas que ofrecían desnudos en algunas páginas comparaban ese momento a los años del destape español postfranquista. Lo cierto y palpable que aquí esa tremenda efervescencia se expresaba en la militancia política, en la producción artística y en la cultura en general, tanto en los teatros, como en los bares, reductos partidarios y en la calle. Todo lo que se sembraba a nivel social, presaba y florecía con una fuerza llamativa en lo más variado de los niveles de la ciudad. Por eso también era muy frecuente y fácil ilusionarse, tanto en lo político como en lo artístico en ese contexto de renaciente creatividad. Imaginen entonces en tal ebullición lo que podría despertar la presencia de un artista de inmenso renombre, llamado a ser ídolo 10 atrás y que ahora regresaba tras una década de censura y prohibición en la que su obra no podía difundirse en la radio y en los medios, y sus discos apenas si circulaban de contrabando, o los vendía el dueño de alguna disquería a sus más acérrimos clientes. Y si a esta situación le sumamos que se trataba de Joan Manuel Serrat, un emblema de la lucha por la libertad, la democracia y la dignidad de las personas, su regreso estaba llamado a ser un suceso artístico y un fenómeno cultural. Y realmente daba para tanto y más.https://www.youtube.com/embed/grdTe5IZqkY?version=3&rel=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&fs=1&hl=es&autohide=2&wmode=transparent&listType=playlist&list=RDgrdTe5IZqkY

Y a la luz de lo que ocurrió en todos esos años, la vuelta de Joan Manuel Serrat fue mucho más que un regreso. En esos años como signo de los tiempos, en casi todo había un plus de cosas. Y en el caso de Serrat , no sólo se trataba simplemente de un artista español en consagración preocupado por el destino de nuestro país, en cuyas canciones se reflejaban las vidas y anhelos de gente como nosotros, era eso y mucho más. Estaba su poesía, después sus canciones, luego sus declaraciones ante líderes políticos que lo definían en una línea de pensamiento, sus grandes reportajes en diarios y revistas con respuestas que retrataban sus convicciones y compromiso, y después sus gestos y acciones en lo social y humanista. Recuerdo que su gira nacional y su presencia en Córdoba, no sólo agendaba actuaciones en vivo. También incluía encuentros con colectivos sociales, entrevistas con figuras de la cultura y reuniones con organismos de DD HH. Incluso se sabe que en aquel momento, Serrat hizo concreto y efectivo su apoyo a organizaciones como los familiares de desaparecidos. Yo no me consideraba del palo de Joan Manuel Serrat en aquel momento, su regreso a Córdoba ya en democracia. Pero intuimos que no era la vuelta de un cantautor para ser ídolo. Lo que sucedía era el regreso de un trovador para construirse de ídolo a ícono de generaciones. Para transformarse de un sensible e inigualable trovador a emblema de la poesía y la lucha por la libertad, la democracia y la dignidad de las personas. Por eso había que estar allí, aún ingresando con un grabador sin pilas, con una credencial vencida o siendo cronista de una revista universitaria de la cual no había fondos para imprimir el próximo número.https://www.youtube.com/embed/8LdAfSCewR4?version=3&rel=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&fs=1&hl=es&autohide=2&wmode=transparent


En su espacio radial de Mitre , «Vivir para contarlo«, Julieta Fantini puso al aire su recopilación de testimonios de personas que abrazaron vida y obra de Joan Manuel Serrat, y que con esa incondicionalidad y amor por el artista, fueron parte de la construcción del mito, del valor icónico y emblemático de sus canciones y trayectoria, justamente desde esa gira que lo trajo en el 83 a CABA y en el 84 a Córdoba.

Entre los testimonios comprobamos la asociación de Serrat y su música a los momentos claves de la vida de las personas. Como si fuera la banda sonora de la película que enfoca los momentos perdurables de su existencia. Aparece, a partir de ello una especie de pasión que no se apagará jamás, como el caso de una mujer que al regresar del ejercicio de una beca en Alemania, descubre a su pareja y a las canciones del catalán como compañeros inseparables hasta la fecha de hoy y hacia el porvenir en la proyección de un hijo que también comulga el culto a Serrat.

Otro testimonio de Vivir para contarlo da cuenta de una relación con el ídolo nacida a finales de los años 60, que floreció con un encuentro casual con el cantante en el Uruguay y su actuación a mediados de los años 70, y que alcanzó la primera madurez a partir de su regreso en noviembre del 84 al entonces estadio Córdoba.

Ya para esos años, Serrat había dejado al mánager Capalbo, y tomó achicar Aisemberg, mánager de Les Luthiers como representante, con quien forjó una trayectoria icónica. Con el comunicador Miguel Apontes recordamos que en aquel noviembre del 84 Serrat mantuvo distintas reuniones con organizaciones sociales y de DDHH, y su apoyo no solo fue declarativo, sino también efectivo. Y me señala que entre tantos invitados a su concierto que surgieron de esas reuniones, el caso de Susana, esposa de un líder gremial desaparecido, el amor y reconocimiento aún perdura. Ella también no dejó de asistir a un concierto del catalán a la fecha.

Está claro que releer el pasado y el tiempo transcurrido tiene sus bondades. Tan claro como que en la música así como en la vida, así como lo expresan los testimonios y la propia Susana, el amor por las canciones de Joan Manuel Serrat siempre estuvo y estará vivo. Incluso el adiós, jamás dejará de ser un regreso.

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Publicado por perrodeluxe

Todavía, palabras como libertad, solidaridad, compromiso, generosidad y equidad para mi siguen teniendo mucho valor. Ver todas las entradas de perrodeluxe

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